Os damos la bienvenida a una nueva entrada del Consultorio Balbino, en el que damos respuesta a todas vuestras preguntas. Recuerda que puedes enviar tus preguntas a amigos@balbino.eu

¡Gracias por compartir vuestro sentido del humor!

 

He visto vuestras fotos en redes de los chicos comiendo pipas en el banco, ¿puede ser que ya no se coman tantas pipas como antes?

Es bastante probable, sí. De hecho cuando nos enviaron las fotos -les dimos carta blanca para que hicieran lo que quisieran, a lo loco- nos sorprendió esa escena porque pensábamos que ya no se comían pipas.

Qué cosa, las pipas, ¿no? Es que lo piensas y automáticamente te refieren a un banco, o a un partido. Casi siempre a escenas de aire libre. Porque si las comes en casa no saben igual y además siempre se queda alguna cáscara por ahí suelta.

Las pipas son, por ejemplo, el rastro de que ha habido una tertulia. Cuanto más extenso sea el mosaico que queda en el suelo, más larga e intensa ha sido la conversación.

Porque son un acompañamiento perfecto para conversaciones intrascendentes. Tú abres la bolsa de pipas y aquello fluye que da gusto. Como si el gesto de llevártela a la boca y abrirla con la perfecta coordinación de dientes y lengua (hay que ver lo sofisticados que somos los humanos cuando nos interesa) te diera cuerda para hablar y opinar sobre cualquier tema.

Si estás comiendo pipas es que estás realmente bien. Sobre todo porque tienes algo que poca gente tiene: tiempo para hablar y ver la vida pasar. Y nada más.

En realidad, ahora que lo pensamos, comer pipas es un acto de empoderamiento.

 

¿Qué día de la semana es mejor para iniciar una revolución?

Gracias por tu pregunta. Te ha faltado añadir “es para una amiga”.

En Balbino somos más amigos de las revoluciones de largo aliento -tenemos una empresa que hace zapatillas, ¿qué quieres?- pero ya que nos preguntas, vamos a ello:

No la iniciaríamos un domingo. Es un día complicado. Te pilla cansada de la semana y del fin de semana. Es probable que tengas comida en casa de tus padres. Un lío.

Tampoco un sábado, porque vas a pillar a todo el mundo con planes hechos de hace tiempo. Y para hacer una revolución necesitas gente.

Podrías iniciarla un viernes, pero es muy importante que elijas bien la hora. Como pilles a la gente saliendo de trabajar, olvídate.

Los miércoles y los jueves, depende un poco de lo que haya para comer. Porque si por ejemplo hay unas lentejas ricas, lo que dejas para mañana es la revolución.

El martes es que es un día muy aburrido para todo. ¿Tú te ves en los libros de historia recordada como la líder de una revolución que empezó un martes?

Todo esto para decirte lo que en realidad querías leer: empezaríamos una revolución un lunes por la mañana, bien temprano, antes de llegar al trabajo. Antes, incluso, de salir de la cama. Que ya empieza a hacer frío.

 

En Balbino controláis del invierno, ¿qué frutas y verduras se comen ahora?

Tú sabes que hay una cosa que se llama Google, ¿no? Y que ahora con el Chat GPT ese la inteligencia artificial no solo te dice lo que necesitas sino que muy probablemente te lo cocine.

Y sabes que la estación en la que estamos ahora es el otoño, ¿no? Que el invierno entra el 21 de enero.

Pero bueno, como te vemos un poco desvalido, aquí te va una selección de frutas y verduras de temporada que nos gustan:

Frutas: mandarina, lima (ojo no la cortes en la encimera si es de mármol, que la lías), aguacate, kiwi, mango, plátano, manzana o uvas.

Verduras: calabaza, lombarda, espinaca, zanahoria, brócoli, coliflor… Y vamos a parar aquí porque con las dos últimas la lista estaba alcanzando un nivel de alegría intolerable.

 

Llevo dos meses intercambiando correos de trabajo con un tío que pensaba que era gilipollas. Pues resulta que lo conocí el otro día en persona y es encantador. Creo que me gustó un poco… ¿Es normal?

 Normal, lo que se dice normal, no es. Pero tampoco es tan raro. Las personas tienen una forma de ser escrita y otra en vivo. Y luego está que a ti él te iba cayendo peor y peor a través de sus escritos y claro, ibas alimentando una imagen que vete tú a saber lo que había en esa cabeza después de dos meses de prejuicios. Es que date cuenta de que has hecho una gestión de las expectativas a la inversa. Antes de conocerlo pensabas que te ibas a encontrar con Belcebú. Es que así, a poco que no se metiera el dedo en la nariz ni imitara a Chiquito de la Calzada te iba a parecer Paul Newman (qué guapo era Paul Newman, por cierto).

Creemos que debes releer los correos electrónicos que te escribió. Y también los que escribiste tú, claro. Lee los suyos con su voz -ahora que ya lo conoces- y lee los tuyos con un poco de distancia. Una vez leídos, deberías enviarle un mensaje: “Mira Paul Newman, llevaba dos meses pensando que eras gilipollas pero cuando te conocí el otro día me di cuenta de que no”.

Ya verás cómo todo fluye.

 

Aquí puedes acceder a la anterior entrega del Consultorio Balbino.