Para fabricar esta caja son necesarias las manos de artesanos que suenan a otros tiempos.
Las del ebanista que, primero, talla la madera y, después, la barniza en nogal.
Las del lacador que le da la mano de tinta negra. La misma que a los pianos de cola.
Las del herrero que trabaja la forma del latón.
El resultado de esa cadena artesanal de producción es esta pequeña joya, inspirada en las cajas que utilizaban los limpiabotas para su día a día.
Una caja para tener a mano los secretos.
O para ordenar tus utensilios de limpieza de zapatos
O para guardar tus apuros.
O para coleccionar las postales y cartas que todavía recibimos.
Una caja muy Balbina.
Dimensiones: 28 x 19 x 23 cm